Hace poco menos de una semana que estábamos celebrando nuestras más queridas fiestas locales, las fiestas de La Natividad.
Antiguamente llamadas “fiestas de mozos”, estas celebraciones que nos despiden del verano, siempre han contado con las gentes del pueblo como organizadores y anfitriones. Antaño, sociedades como La Nava, dedicados al equipo de fútbol local, se encargaban de armar toda la parafernalia de estas celebraciones.
Hoy día, ayuntamiento y demás instituciones tanto públicas como privadas participan y colaboran en estas fiestas.
Desde La Casa de Manolo Franco nos hemos querido sumar también a la fiesta, pues el amor a la tradición es uno de nuestros pilares. Participar y vivirlo de una forma activa nos parece una manera muy bonita de conmemorar esas viejas costumbres y a todas aquellas personas que las forjaron con cariño y alegría durante sus vidas.
De modo que ni cortos ni perezosos nos lanzamos a la aventura de un menú especial para este fin de semana tan señalado. Un menú solo disponible durante 3 días que buscaba, como siempre en nuestra Casa, ese vínculo entre la tradición y mantener viva la memoria de Valdemorillo.
Como resultado, presentamos un menú degustación de 8 platos que te llevaba por los rincones de Valdemorillo a golpe de paladar.
Menú Fiestas de la natividad
Empezamos abriendo el menú con un delicioso snack de soufflé de boquerón en vinagre que dejó con ganas a más de uno/a. A continuación, el primer acto: un espectacular trampantojo de chocolate con churros –“si no lo pruebo no lo creo” -. Seguimos con una tortilla muy familiar producto del ingenio de las nietas del gran Manolo Franco. Y para terminar este primer acto unos tomates de la huerta de Valdemorillo sobre velo de parmesano y helado de albahaca.
Una vez finalizada la primera parte del menú, pasamos al segundo acto con un exótico salmón sobre guiso de mejillones y trigueros, tomillo y caldo de cebolla a la brasa. Quién echó en falta una buena dosis de carne no tuvo que esperar mucho, pues el siguiente paso era un rabo de vaca vieja en su salsa de vino tinto y miel de lavanda.
Una vez disfrutados los platos fuertes, cerramos el menú gastronómico con un sorbete rosado de hierbabuena y limón. Un toque refrescante antes del colofón final que vino con una torrija con helado de café, tierra de chocolate y caviar de hierbabuena.

Los que pudieron disfrutar de este menú, pudieron reconocer en él algunos de los sabores más típicos de Valdemorillo y de La Sierra de Madrid. Sabores de huerta, de ganadería, de especias… que, sumados a su ingeniosa elaboración y a su personal manera de hacer, trataron de llevar la tradición de Valdemorillo a la actualidad de una forma divertida y creativa.
Esperamos con ansia otra fecha señalada u otra excusa tan buena como la de estas fiestas para poner a prueba nuestro ingenio gastronómico con un menú degustación.
Os esperamos en La Casa de Manolo Franco.